Totalmente reformada, esta casa de pueblo típica mallorquina del siglo XIX, catalogada como patrimonio histórico de Consell, ofrece la perfecta unión entre lo antiguo y lo moderno. Paredes de piedra y vigas de madera originales se mezclan con elegantes muebles y modernos electrodomésticos.
El esfuerzo se ha puesto en mantener vivo el espíritu de la arquitectura tradicional mallorquina del pasado, ofreciendo la comodidad y el confort del presente.
Se encuentra justo en el centro de las rutas de ciclo turismo y enoturismo de Mallorca, siendo perfecta para quienes quieren disfrutar de la isla en toda su magnitud: playa, senderismo, fiestas, tradición, cultura, gastronomía, verbenas de verano, compras… y un sinfín de opciones.
Situada a las afueras del casco urbano ofrece el perfecto equilibrio entre la tranquilidad que uno quiere de una residencia en el campo y a sólo cinco minutos a pie del centro del pueblo para los que les gusta integrarse con la gente y la zona. Al estar, además, ubicada en una calle sin salida no transitada por coches, resulta ideal para familias con niños.
Se accede a la casa por la planta baja dónde se encuentra una bonita cocina blanca abierta al salón comedor. Un espacio luminoso y elegante desde el que poder relajarse o salir al tranquilo jardín a disfrutar de un divertido baño en la piscina, de una bonita puesta de sol e incluso de una gustosa barbacoa. También encontramos la primera de las tres habitaciones con cama extragrande de matrimonio y baño propio.
Al subir las escaleras encontramos el segundo y tercer dormitorio. Ambos con baño propio y 2 camas grandes que pueden usarse como individuales o como una cama extragrande de matrimonio. Al igual que en el resto de la casa, la atención ha sido puesta en los detalles para ofrecerle al visitante todo el confort y bienestar que quiere en sus vacaciones.
Algo que hace de esta casa única, es la posibilidad de alquilarla junto a su gemela adosada, CAN CUNSO 20, que siendo prácticamente iguales pero cada una con su esencia particular, ofrecen la posibilidad de alojar a grandes familias y grupos de amigos, o incluso esos no tan grandes que quieren disfrutar de unas vacaciones en compañía, pero sin renunciar a su espacio íntimo. Nuestra particular visión del juntos, pero no revueltos.
Sólo nos queda, darles la bienvenida.