apartamento refinado y curado en el primer piso, en la histórica Via dei Giubbonari, justo en el medio de la pasarela entre el Coliseo y la Piazza San Pietro. Antiguos mármoles que pertenecieron a los príncipes romanos, partes de las paredes de las cuales aún emergen fragmentos de ánforas: el carácter original ha sido cuidadosamente respetado en la renovación moderna, que fue seguido con pasión y competencia por mi esposo Andrea, un documentalista especialista en arqueología. Consta de dos dormitorios, cada uno con una gran cama doble y su propio baño con acceso desde el dormitorio, además de una sala común destinada a la sala de estar, donde hay un cómodo sofá cama para un posible quinto huésped. En la sala de estar hay una zona de comedor, una cocina con horno combinado (incluido un microondas), una nevera y una cocina de gas. La casa es cómoda y tranquila: el dormitorio principal tiene una vista de la antigua Via dei Pompieri, que une Via dei Giubbonari con Piazza del Monte di Pietà. El segundo dormitorio tiene dos ventanas que dan al patio interior del edificio. Aire acondicionado en todas las habitaciones, televisión, wifi, lavadora; los controles eléctricos consisten en LED táctiles azul claro. El baño principal de mármol amarillo antiguo tiene una ducha muy cómoda (1,50 x 0,90 m); un fregadero de mármol que, como los demás en la casa, se creó a partir de una fuente que proviene del jardín de una de las familias romanas más antiguas. El baño del segundo dormitorio, con cabina de ducha, es más pequeño en tamaño pero no menos atención a los detalles, también está equipado con un secador de pelo y un grifo de bronce que todavía funciona en el '700. Via dei Giubbonari, que conduce a la plaza Campo dei Fiori, es una de las calles más concurridas del centro y llena de tiendas. Este apartamento, ubicado a pocos metros de la antigua Casa de Pompeyo, es ideal para una fascinante exploración de los misterios y maravillas de la Ciudad Eterna. En las casas de la antigua Roma, a diferencia de hoy, los apartamentos en la planta baja y los primeros fueron los más valiosos, debido a la mayor seguridad que ofrecían en el entonces muy frecuente caso de un incendio: los techos de madera de este antiguo departamento no son muy altos (alrededor de 2.20 metros).