La casa ha sido recientemente renovada y se encuentra en el centro histórico de Artena, un antiguo pueblo que parece una cuna, encaramado en una colina característica e ideal para aquellos que desean vivir días en tranquilidad, para redescubrir vistas impresionantes (también desde las ventanas de la casa!) y platos típicos de la tradición romana y lacio. El centro histórico es totalmente peatonal (prepárate para subir 90 escalones para llegar a casa) y puedes respirar aire fresco en la parte superior de tus pulmones.
La casa (con entrada independiente) es romántica y hospitalaria al mismo tiempo, y tiene un estilo rústico perfectamente integrado con el tipo de país (marcos y vigas de madera). Los lugareños son sociables y siempre están dispuestos a echar una mano. La casa en verano es muy fresca (varios grados menos que la temperatura exterior)