Pasamos ocho días excepcionales en este magnífico lugar. El riad es un lugar encantador, restaurado y decorado con mucho gusto y estilo. Todas las habitaciones son espaciosas, agradables y con confortables camas. La planta inferior con el gran salón, el pequeño jardín y sus dos estancias fueron un espacio perfecto donde relajarnos después de los paseos por la Medina o las diversas excursiones que hicimos. No podemos olvidar a Essaadia, atenta siempre de que todo estuviera a nuestro gusto, y preparándonos sus magníficos guisos. No olvidaremos su tagine de pollo al limón ni sus tartas...
Han sido unos días realmente inolvidables en los que nos hemos podido sentir como en nuestra propia casa. Si alguna vez volvemos a Essaouira, intentaremos volver a este precioso riad.