Es tal cual se ve en las fotografías. Daniel, el dueño, muy amable y acogedor (nos obsequió con una botella de Chablis muy bueno). Muy buena cama aunque echamos de menos almohadas de las que se usan en España (rectangulares). Proporcionan todo lo necesario para instalarse: toallas, papel higiénico, lavavajillas, jabón, ... Buena calefacción aunque algo ruidosa. Las ventanas necesitan ser cambiadas aunque el dueño dijo que lo harán pronto. Menaje muy completo. Alejado del centro (una media hora a Chatelet) pero bien comunicado tanto por metro como autobús. Barrio tranquilo y con buena oferta de restaurantes y supermercados (Carrefour, Auchamp, Bio C'Bon) y tiendas de todo tipo (excelente la Patiserie de l'Eglise, varias de comida preparada).