Situado en una aldea idílica en el mágico bosque de pinos de La Brena, las vistas dan al verdoso del mar y del histórico foro de Trafalgar. La Casa Margareta ofrece una experiencia especial. La tranquilidad que ofrece su alrededor natural lo convierte en una gran elección para unas relajantes vacaciones, y sin embargo el llamado del verano de la playa está a 5 min. El salón de estar es abierto y figura una pared de vidrio de cuatro puertas que dan hacia el patio sombreado, llenándolo de luz y que permite la unión con el exterior. La terraza del jardín está hecha de rústicas traviesas de ferrocarri, magnífico para tomar el sol y el lugar perfecto para tomarse unos cocteles. Tranquilo, pero también estamos ubicados para una gran variedad de actividades, cultura y aventura: senderismo/equitación/pedalear en el bosque; un día de paseo por los famosos e históricos pueblos/ciudades de Andalucía; o una vuelta a la playa Caños a ver Marruecos a través del agua.
Casa Margareta es inusual en el área, pues ofrece lo mejor en diseño contemporáneo, facilidades y confort con alrededores genuinamente acadios. Este moderno apartamento mediterráneo es abastecido por energía solar, inspirado por Corbusier y bien cuidada por su dueño. La gran y ventilada área abierta de salón de estar/comedor/cocina está amueblada delicadamente con una mezcla de lo moderno, lo antiguo y lo étnico. Se abre hacia la terraza cubierta con una mesa de madera y 4 sillas para cenar afuera en un fabuloso sofá en forma de L para relajarse, con una encantadora vista hacia el jardín empedrado, el paisaje rural y el mar más allá. La calefacción subterránea provista por los paneles solares asegura el confort total en el invierno y en días frescos.
El jardín es muy especial y uno de los puntos más destacados para hospedarse en Casa Margareta. Tiene una panorámica con mucha imaginación con diferentes tamaños de piedritas, postes de madera y una plantación arquitectónica del Mediterráneo. Una palmera grande es el foco de la esquina, que lleva la vista hacia el mar en la distancia. Todas las casas del vecindario tienen grandes y rurales jardines también, y no se afectan entre sí. Los alrededores son muy verdes durante todo el año, el bosque de pinos es siempre una inspiración, los pájaros y la vida animal es siempre vital (incluyendo vacas con campanitas, permiten vagar por el bosque en el invierno), y la luz de la Costa de la Luz siempre nos recuerda felizmente donde estamos- un lugar muy excepcional.