500 m2 de vivienda en una finca de 5000 metros cuadrados junto al río.
Piedra, madera, hierro en interiores y exteriores….Materiales impregnados de tradición en una arquitectura interior contemporánea, cálida y equilibrada. La luz y la belleza exterior son una constante cuando recorremos la casa, por medio de grandes ventanas que enmarcan el paisaje. Grandes espacios diáfanos nos aportan una sensación de fluidez y espacialidad envolvente. Los niños disfrutarán también de esta cualidad de amplitud con vehículos que hemos puesto para ellos, para circular y serpentear el espacio. La casa dispone de un piano en perfecto estado, en un espacio que nos ofrece una acústica óptima para disfrutar de algún concierto.
Es un antiguo molino harinero restaurado y vivido durante 5 años por sus propietarios como vivienda permanente en el campo.
En un entorno sincero: Natural, la casa invita a ser vivida sin prisas. A saborear el momento. Apacible, serena y en comunión con la naturaleza. Guarda una armonía propia, una gracia natural del río y del campo que la rodea, en el Valle del Pirón.
Una casa que apostó y sigue apostando por un estilo de vida decididamente esencial, que valora el pasado, lo adapta al presente y lo proyecta al futuro. Una casa respetuosa, donde se genera la electricidad aprovechando el sol y el agua, y que fue rehabilitada con mimo, utilizando materiales ecológicos.
Un estímulo para los sentidos y el reflejo de un hábitat esencial en un entorno excepcional.
Al ser una casa diseñada con energías renovables, sólo es posible utilizar los electrodomésticos propios de la casa, excepto ordenadores portátiles, cargadores, equipos de música, y otro tipo de aparatos eléctricos pequeños. Cualquier duda al respecto, por favor consúltennos.
12 plazas: 5 habitaciones dobles (4 matrimonio y 1 doble), 3 supletorias, 3 baños completos, 1 aseo, 5 salones, 2 chimeneas, calefacción por suelo radiante, piano, biblioteca, TV, video, juguetes para niños, juegos de mesa y vehículos para niños para moverse por casa.