Asentada en un antiguo castro celta, esta finca provee un espacio ideal para estar en naturaleza, caminar, disfrutar del agua cristalina de las gargantas naturales y despejarse del vaivén de la ciudad. A 15 minutos del pueblo mas cercano, este lugar posee una intimidad inigualable, reforzada por los alrededores campestres, que le dotan de un ambiente especial. Dispone además de un improvisado campo de baloncesto para fans del deporte, que también podrán deleitarse con las diversas actividades como excursiones, tanto a pie como a caballo, a gargantas naturales y sitios inexplorados,junto con kanoing, futbolín, saltos en rios, parkour... Para los amantes de la agricultura especialmente es un lugar ideal, ya que esta finca ha sido cuna de agricultura ecológica (y lo sigue siendo). Cuenta con un invernadero y una fábrica de conservas ecológicas (las cuales están a la venta en el propio alojamiento), además de con plantaciones de árboles frutales, olivares y un gallinero. Hay caballos en los alrededores, además de perros y diversos animales.
Periodista, escritor, fotógrafo, apasionado de la historia y actualmente, agricultor ecológico. Ofrezco mi casa para que los visitantes puedan encontrarse de nuevo con la naturaleza.
En los alrededores puedes encontrar diversas rutas y paseos por olivares, montañas o caminos llanos. Si investigas un poco es probable que llegues a las ruinas de los castros celtas, situadas a poca distancia y plagadas de rocas con simbologia y formas. Ademas, el lugar está rodeado por las montañas de Gredos por lo que casi cada paseo tiene un escenario distinto en el que observaras miles de plantas y paisajes diferentes. Respecto a los vecinos, no hay que preocuparse por el ruido, todos viven en fincas, de fácil acceso en caso de necesidad, pero bien recogidos en sus parcelas.