La casa rural está muy cuidada. Es muy amplia, y fresca, lo que se agradece ahora que empiezan los calores.
La terraza es enorme, con unas vistas espectaculares: en ella los desayunos, y las cenas junto a la barbacoa, eran especiales.
Muy limpia, colchones muy cómodos, con todo lo que se pueda necesitar a mano.
El trato de los dueños fue muy bueno, muy amables y atentos a cualquier necesidad. Nos explicaron detalladamente rutas en bici y a pie, instalaciones del pueblo, y opciones de ocio o culturales en los alrededores.
Sólo se echaba de menos un lavavajillas :)
Resumiendo, altamente recomendable.