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Cuando se oye la palabra playa no se asocia nunca a las rocas y las piedras y es que en el imaginario colectivo se tiene la percepción de que todas las playas son de arena, pero no es así. Playa de la Olla es una de esas excepciones, una playa de piedras y aguas transparentes que se ubica en la localidad de Altea, en la provincia de Alicante, esta es una de las playas más bonitas del mediterráneo y que forma parte del conjunto arenal de la Costa Blanca.
La playa de la Olla cuenta con una extensión de 1.000 metros y una anchura de 10 metros. Esta playa alicantina estimula a los turistas y visitantes para que se acerquen a conocerla, a probar sus aguas cristalinas, y que garantiza momentos de tranquilidad. Un arenal que a pesar de su estrechez es una de las playas más visitadas de Altea y que su composición rocosa no impide que tenga una ocupación media.
Altea aguarda una de las playas más hermosas de su territorio, una belleza natural que le rodea, no sólo por sus inconmensurables aguas de calidad y limpias, sino porque desde tierra se puede divisar en el horizonte el peñón que da el nombre a la playa.
Muchos piensan que al tratarse de una playa de naturaleza rocosa supone un problema para los niños o para practicar algún tipo de deporte acuático, pero esto no es así. Los más pequeños disfrutan al encontrar una playa diferente a la que suelen estar, y los padres pueden incentivar así su imaginación contándoles viejas historias y simulando que las piedras son fósiles de dinosaurios que vivieron antaño, al final del día los niños habrán recolectado una colección de hermosas piedras. Lo mismo sucede con el deporte, sus aguas tranquilas hacen que la Playa de la Olla sea apta para la práctica de actividades como el surf o el kitesurf, además a pocos metros se encuentran los puertos deportivos de Campomanes y El Portert.
Las piedras no son inconveniente para que la Playa de la Olla ofrezca una gran variedad de servicios, no sólo porque se trata de una playa semi urbana, también porque es una playa bastante concurrida. Es por ello que dispone de acceso para minusválidos de manera que los discapacitados también pueden disfrutar de esta magnífica playa. Además, con el objetivo de facilitar la estancia a los turistas, Playa de la Olla pone a su disposición los aseos y papeleras para seguir manteniendo la playa limpia, duchas para eliminar el agua salada de la piel y un parking para dejar el coche en el caso de desplazarse hasta ella con este medio aunque el autobús también llega hasta Playa de la Olla.
A diferencia de otras playas semiurbanas, esta no dispone de paseo marítimo pero no es un problema para encontrar restaurantes donde tomar algo, además, por su proximidad al pueblo de Altea sería una magnífica ocasión para conocer esta localidad. Lo mejor en este caso es alquilar un apartamento en el pueblo porque así se tiene a un paso la playa y el centro del pueblo, un pequeño paraíso donde se puede saborear muy bien la gastronomía típica de la localidad y propia de un pueblo marinero.